viernes, 8 de marzo de 2019

Venga, hombre

Hay que ser muy hombre para soportar la belleza, dice Antonio Gamoneda. Es una gran sublevación poética. Cuando la carrera electoral aprieta, solo la poesía es quien de hacer justicia en la conciencia. El 8M no enfrenta a tu hijo y a tu hija, dos Españas por la brecha, sino sus desigualdades. ¿Te enteras? Que este 8 sea una revisión infinita del sistema, una jornada de reflexión de la política en casa. ¿Ejerces coliderazgo en el hogar, delegas, tienes equipo... tragas o pagas, estás en paridad en cuanto a horas o sientes que no cumple tu pareja? Lo hemos visto con alguna mujer, aspira a presidenta y se ahoga en la conjura de los necios del sistema. Con ese manchón de aceite no corre el agua... Lo dice más de un hombre en broma: "Los de hoy cogimos mala época". No lo dirán por la brecha salarial... Las frases de la zona de confort para el machismo se pavonean; «No te hagas la víctima, mujer, de qué te quejas?». Parece que el mérito va de ser la más pringada, ¿nos llevaremos siempre la medalla al sobreesfuerzo? Lo ha advertido por activa y sin pasivas Laura Baena: las mujeres se han incorporado al mercado laboral, ¿y los hombres a la casa? A muchos aún se les espera, o ven la fontanería mental de la crianza desde la barrera. En este virus del machismo hay cepas, grados de miopía, necedad, torpeza, privilegios e instintos enquistados. No, hombre, no!, el feminismo no te llevará a la cámara de gas; claro que no, no todas las mujeres somos buenas. Solo... hazle un chequeo a tus ideas. Qué dices de Isabel Rábago, ¿valiente o cateta? Hay que ser muy hombre en el sentido integral de la palabra para apreciar los trabajos invisibles que no cuentan en el PIB pero sí en la mochila que el modelo años 50 dejó en herencia. Y querer frenar esa inercia. Hay que ser muy hombre para bajarse el sueldo, como el gran Berto Romero. Necesitamos hombres,
hombres en este otro plan, el mundo que aún sostienen las mujeres podrá cambiar de la mano de mujeres más libres y de hombres como estos.