ANA ABELENDA | Con un amor que se mide a la enfermedad, y la
supera, ha logrado Carmen Amoraga el Premio Nadal de Novela 2014. Y además, ofrecer un consuelo, 300 páginas
de terapia en el duelo de una pérdida. Quizá sientan que la consulta se queda
en unas horas gracias a la mano de Amoraga, segura en el retrato contemporáneo
del mundo cotidiano y sus nuevas formas de relación social. Facebook, con su
realidad revisitada, es un canal de comunicación definitivo, un bote donde
ampararse de la ausencia en La vida era eso. La novela comienza con una escena familiar, un
tema de Whitney Houston sonando en la cocina. Un hogar feliz. Y de pronto, la
amenaza: cáncer. En esta literatura hecha sin miedo con las cosas de la vida,
su brillo y sus miserias, otras muchas palabras se pronuncian directamente, con
gusto, hasta con gracia. Y son una lluvia fina que empapa como la ira ante la
pérdida de un padre sin tiempo a ver crecer a sus hijas. El principio de esta
historia es un final, o viceversa; una despedida que no es tal, pues ahí está
la vida. Agarrada a lo mejor del que se fue, advierte Amoraga, metida en uno de
sus jerséis o entre sus libros. En las palabras que salvan del olvido. Dando
voz a esa parte de uno que el dolor de una muerte muy próxima ha dejado muda.
Publicado en Fugas, La Voz de Galicia
En Leonas Cativas
http://abelendanoesgerundio.blogspot.com.es/2014/02/leona-compulsiva.html
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