lunes, 21 de abril de 2014

El desván de Franciszka


ANA ABELENDA | Hay historias capaces
de reconciliarnos en horas
con el género humano. El
secreto de mi madre es una de
ellas. Decir que se ambienta en
la Polonia ocupada es solo advertir
sobre un contexto atroz
que puso al límite a millones de
personas, de pronto sin libertad;             
por lo demás, como nosotros.
Gente en su mayoría con apego
a los suyos. Gente a la que
definen acciones y omisiones.
Deseos y secretos. «Cuando
eres niño crees que tus padres
son iguales a los demás y que
lo que ocurre en tu casa es lo
mismo que ocurre en los hogares
de las otras personas». Sin
temor entra el lector en este libro.
Tras la mirada de una niña
que no necesita trucos retóricos
para escribir sentimientos
plenos. Basado en la historia de
Franciszka Halamajowa y su hija
Helena, que salvaron la vida de
16 personas jugándose las suyas,
este relato vital se hace a cuatro
voces, las de cuatro víctimas del
horror nazi que confluyen en
una sutil melodía familiar. «Ya
no soñamos con viajes exóticos.
Soñamos con la vida que
llevábamos antes, con nuestras
rutinas». Aquí la felicidad
que pasa inadvertida, brillando
como lo hace en la memoria la
joya robada. 
Bienvenido este reconocimiento
al coraje de las Franciszkas que no han pasado a la historia. Tras salvarla de quienes la sembraron de muertes.


Publicado en Fugas, La Voz de Galicia

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