domingo, 7 de septiembre de 2014

¿Madre perfecta o mujer real?


Nunca he sido una mujer demasiado aventurera ni una gran lectora de thrillers. Bieeen, ¡lo he dicho! Me siento casi como una Paula Daly haciendo revelar a su personaje: "Sí, siento envidia de esa mujer, me cambiaría por ella".
Hay verdades que duele tanto confesar que preferiríamos trabajarnos la mentira. Hasta créernosla. De verdades amordazadas y mentiras cochinas sabe un rato el que han etiquetado como el thriller doméstico del año. Hasta se han aventurado a hacerle el compuesto femicrimen, ¿para que la novela no se quede compuesta y sin subgénero? Es posible que ¿Y tú qué clase de madre eres?, esa pregunta que se las trae, esté especialmente dirigido a mujeres, de hecho su autora así lo ha señalado, o que centre la intriga en lo que a menudo suele concernir todavía más especialmente, si no solo, a las mujeres: el hogar, sus pormenores, el peso de sus dramas cotidianos, aún silenciosos, aún silenciados. Diréis: no te equivoques, eh, no siempre es así, hemos cambiado, hombres y mujeres no compartimos mirada, gusto u opinión por razón de sexo. Pero las convenciones pesan, no pasan página tan fácilmente. En cambio, en este libro, en este thriller maternofóbico diría yo, las páginas no corren, vuelan, rozan, rasgan las vestiduras del consabido complejo de culpa, agreden pero atrapan. De pronto me he sentido devoradora de ese género supremo de la evasión que tanto pega, como una thrillera de cuidado algo naíf, por mi reciente pero fervorosa afición a autoras como Paula Daly, Gillian Flynn o Auður Ava Ólafsdóttir, que en mi estantería ocupa ya, con La excepción, un lugar en el podio. No sé por qué razón me suelen gustar más los thrillers escritos por mujeres que por hombres, en este género sin duda tengo una clara y natural inclinación lectora hacia mi propio sexo, incluso más que en la poesía. Lo llamaré una femiconfesión, porque las ridículas etiquetas facilitan las cosas.
Una pregunta abre pues un vasto e insondable territorio para abonar la intriga: el hogar, la psicología de una mujer atrapada en el juego de malabares de su maternidad. 


 Aquí la reseña publicada en Fugas el pasado viernes, 5 de septiembre:

Con su debut en la novela, la fisioterapeuta Paula Daly ha reventado el corsé del género a dos manos. Le ha puesto a su detective una 100 de sujetador y ha sacado a la luz los detalles que dibujan la cara doméstica de la vida. Esta es la que asoma con sus ojeras hendidas de cansancio acumulado, acusando el drama de la conciliación, en el thriller doméstico ¿Y tú qué clase de madre eres? Ante vosotros, un caso atípico de novela negra, una pregunta abierta que  hurga sin pudor en el complejo maternal de culpa. Daly abre la caja de los truenos en un hogar inmerso en la crianza, rasgando el vistoso envoltorio con que llevamos la maternidad. Oímos a la realísima Lisa Kallisto, la madre trabajadora (disculpen la redundancia) que se confiesa en esta intriga a lo Gillian Flynn. Tiene tres hijos, un agotamiento crónico y un descuido mortal. La desaparición de una joven rompe la calma de un pintoresco pueblecito inglés y la moral de esa madre desbordada. En el extremo opuesto pero en el mismo vecindario, la madre perfecta, un espejo agigantando la torpeza e inseguridad común. Daly destroza estereotipos e ideales ficticios, estrecha el cerco a lo que hay tras la apariencia y nos decide a abrazar la imperfección. La realidad.







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