jueves, 15 de enero de 2015

El deseo es un puente

Me escuchas?
Cuándo vas a recoger tus cosas?
Tú me entiendes?
Me oyes cuando me callo?
Me quieres?

Solo pido que te cuiden,
dijiste haciendo otra pregunta,
porque yo no voy a poder.


Estoy bien, dije temblando, y me enfadé contigo por hacerse tarde,
por el ratón que se coló dentro de mí. 


Esta es mi vida, decías cuando ibas a morir. 

El tiempo te arqueó la espalda y te hiciste puente. Siempre sabías qué hacer con el dolor.
El puente se rompió entre dos islas furiosas, anegadas de sí mismas. Pero tú sonreías pese a todo, de una forma que no puede contarse. 

El deseo es un puente que no acaba. La voluntad de la alegría protege la tristeza de las cosas que no pueden cambiar. 

Te escucho, pido que me cuiden,
porque yo no voy a poder.







Lo veis? Aquí hubo un puente
donde ahora no hay nada.
Quizá un deseo
ahogado entre dos islas
cuyo cuerpo 

                seguimos 
                              buscando

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